15 mar 2021

Carlos Jiménez y sus fuentes

 Hace poco escuché en “A vivir que son dos días” que el recientemente una asociación del ramo del comic, por votación, habían elegido como el mejor álbum español a Paracuellos de Carlos Jiménez. Y por azar este fin de semana cayó en mis manos un capítulo del álbum de título “AUXILIO SOCIAL XI HOMBRECITOS”..

Como una pincelada, para hacernos una idea de lo que fue Auxilio Social copio de Wikipedia la introducción de: Auxilio Social, fue una organización de socorro humanitario que existió en España durante la Dictadura franquista. Surgida en la zona sublevada durante la Guerra Civil Española, tuvo un destacado papel en los primeros años del franquismo. El organismo constituyó un importante medio de propaganda política del régimen. Además esta organización falangista facilitó el secuestro de niños de las mujeres republicanas encarceladas gracias a un decreto de junio de 1940 que le otorgaba la patria potestad de los niños cuyas familias tuvieran «malos antecedentes» y a otro decreto de 1941 que le permitía cambiar los apellidos de los niños acogidos en sus centros, lo que impedía que pudieran ser reclamados por sus verdaderos padres.
En Hombrecitos se narra las circunstancias de cuatro de los niños internos, voy a resumir la de uno de ellos de nombre Adolfo, quien recibe la visita de su hermano Manolo. A la pareja les conceden una hora para que paseando por el recinto tuvieran cierta intimidad. Hablan de la muerte de su padre, de que ha venido a Madrid a resolver ciertos papeles y que está decidido a sacarlo del colegio para llevarle a casa. Lo ha comentado con los otros hermanos y le pregunta a Adolfo si le gustaría dejar el colegio. Como respuesta Adolfo se lanza a su cuello fundiéndose los dos en un muy emotivo abrazo. Manolo le dice entonces que esa noche sale en tren para Córdoba y no puede perder el tiempo arreglando los papeles para sacarlo del colegio, y le hace la pregunta del millón: ¿Cuál es la zona donde la tapia es más fácil de saltar y yo te esperaré al otro lado?...Alfonso habla con su mejor amigo pidiéndole que le ayude a saltar la tapia…
De las cuatro historias esta me impresionó pues siendo yo un crio de ocho años escuché a Juan Guillen como se escapó él de un internado.
Juanito, unos diez años mayor que yo, tenemos primos en común, él por rama paterna y yo por rama materna. Juanito, huérfano de madre desde muy niño, estaba interno en un colegio regido por frailes en Madrid. Un domingo por la mañana estaba con el resto de niños en la capilla oyendo la misa y se sintió indispuesto, se lo comentó al fraile cuidador quien le llevó hasta la puerta que al estar abierta podía seguir oyendo la misa y estaría más fresco. El fraile se quedó con él hasta el momento de ir hasta el altar para recibir la comunión, Juanito observó que el hermano Domingo, con gran recogimiento, se quedó arrodillado en los últimos bancos, entonces miró hacia la tapia donde el jardinero se había dejado adosada una carretilla.
Juanito casó las dos imágenes la del fraile en éxtasis y la de la carretilla adosada y no se lo pensó dos veces, ayudándose en la carretilla saltó la tapia. Con mucha cautela, cruzó medio Madrid hasta llegar a la estación Príncipe Pio, andenes de cercanías. En el internado los chicos siempre llevaban encima el poco dinero que tenían, no lo dejaban en el dormitorio común. Sabía que en cuanto detectaran su fuga el primer sitio a vigilar sería la estación del tren por lo que convenció a unos chicos para que le sacaran el billete para Alpedrete. Una vez en su casa su padre “el Tío Cipriano” Decidió que Juanito no volvería al internado, pero Juan durante mucho tiempo cuando veía una sotana nagra temblaba.
Para Juan Guillen la carretilla. Para Adolfo las espaldas de su amigo. Lo guiones de Carlos Jiménez emanan de la vida misma.
Puede ser un dibujo animado
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8 mar 2021

La bandera

 Ayer nos dimos una paseo por El Pardo constatando la proliferación de signos mostrando su "glorioso pasado". Observando uno de éstos mi memoria retrocedió unos 40 años, cuando me encontré con mi amigo Ángel Esparza, el propietario de la librería "Miguel Hernández", con un cabreo fenomenal quejándose porque en la Fiesta del PCE había un puesto donde. entre otros muchos recuerdos, vendían unas toallas de playa grabadas con la imagen más famosa de Ernesto Che Guevara, repito sus palabras. "¡SE TENDRÁ POCA VERGÜENZA UTILIZAR LA IMAGEN DEL CHÉ EN UNA TOALLA CON LA QUE PUEDES SECARTE EL CUERPO INCLUSO EL CULO!

Pues si, me acordé de Ángel al pasar junto a la terraza del más famoso asador de El Pardo, donde los camareros llevaban sujeta a la cintura, a modo de delantal, una bandera de España, porque me hice la pregunta, ¿los fieles al juramento de la bandera capaces de derramar hasta la última gota de su sangre en su defensa, permiten que sea mancillada con las grasas y salsas de los asados?