29 oct 2008

AISHA

El diez de este mes se celebró EL DÍA MUNDIAL CONTRA LA PENA DE MUERTE.
Hace unos días nos felicitábamos porque en Irán se suprimía la pena capital para los delincuentes menores de edad, parecía que Octubre iba a ser un buen mes para los que estamos en contra de la pena capital, pero esta mañana, desde el mismo quiosco de prensa me he llevado el chasco, al recoger el periódico, en primera página he leído el titular "Lapidada una mujer en la plaza pública", el consecuente cabreo me ha llevado hasta la página interior donde se detallaba la noticia, ha sido en Somalia, era una mujer de 23 años, su delito el adulterio, según sus familiares no probado. No hago referencia al método empleado en el crimen porque huyo de la morbosidad. Es preciso añadir que Aisha no fue la única ejecutada. Cuando la desdichada rea gritaba al ser introducida en el hoyo, sus familiares rompieron el cerco policial para acudir en au auxilio los islamistas dispararon contra ellos hiriendo de muerte a un niño

Que estuviera o no probado el delito tres cojones me importa. Si estoy totalmente en contra de la PENA DE MUERTE sea quien fuere el reo, que puedo decir de este vil asesinato realizado sobre una pobre mujer condenada por un hecho que en Somalia no está contemplado como delito si el autor hubiera sido un hombre.

En el Mundo se dan tantas injusticias, hay tantos agujeros que tapar que es difícil pedir la ayuda para una determinada ONG, pero lo voy a hacer:
A quien lea esto le digo que Amnistía Internacional lucha con gran esfuerzo y con bastantes logros como para merecer que quien pueda ayude.
http://www.es.amnesty.org/

7 oct 2008

Manolín

Vaya contrasentido, llamarse Manolín y ser el hombre más fuerte de la fábrica y con una altura únicamente superada por Mariano Gallego.

Todos recordamos sus participaciones en los Juegos Sociales Anuales en la especialidad de lanzamiento de peso.
Siempre quedaba finalista, los otros competidores marcaban todos los tiempos en cada lanzamiento, Manolín les imitaba. En su mano derecha la bola, pegada a la oreja del mismo lado, se agachaba apoyándose sobre la pierna diestra, dentro del círculo marcado en el suelo, casi tocando a la circunferencia en el punto diametralmente opuesto al de lanzamiento. Se giraba rápidamente, daba un salto apoyándose con dicha pierna y se plantaba en el preciso lugar del lanzamiento, pero aquí se acababa la demostración de estilo. Se paraba echaba la mano derecha hacia atrás y lanzaba el peso como hacíamos de niños con las piedras en las dreas contra los chicos del barrio rival.
La grada soltaba la carcajada e inmediatamente, oyéndose todavía el eco de la misma, sonaba un gran aplauso. La bola sobrepasaba sobradamente al punto donde había caído la del competidor mejor colocado.
¡Todos celebrábamos el triunfo de la fuerza bruta (perdón), sobre la depurada técnica de Villita y los demás!

Fue famosa, también, su actuación como Don Tancredo en una becerrada sufragada por la Dirección. No asistí a la fiesta, pero quienes lo hicieron aseguraban que estuvo magnífico, con un inmaculado mono blanco, haciendo la estatua, sin mover una ´sola pestaña, aguantó perfectamente la aproximación del becerro.

Con ser estas hazañas dignas de ser relatadas, no son las que me han provocado la necesidad de escribir sobre el compañero Manolín. La gesta que voy a relatar hubiera sido digna de figurar en el Guinness de los Records.
La cocina del comedor de fábrica estaba situada un piso superior a la despensa, y ésta en donde actualmente está el almacén de la tienda BOSCH. Ambas estaban unidas por una escalera y por un montacargas relativamente lento, bueno tardaba un minuto y medio en subir ese piso.
En aquella ocasión, Manolín estaba ayudando al cocinero, pienso que cuando faltaba trabajo en alguna de las cadenas, a los integrantes de las misma los repartían por fábrica donde pudieran hacer algo de utilidad.
El cocinero y Manolín bajaron a la despensa con un carro para subir los ingredientes necesarios para la comida. Llenaron el carro colocando las verduras en la parte superior. Manolín entró en el montacargas tirando del carro, la cabina era de pequeño tamaño por lo que el cocinero subía por las escaleras dándose prisa para llegar a la vez que el ascensor. En efecto llegó justo cuando se abría la puerta descubriendo un Manolín con los carrillos hinchados y un carro con un repollo de menos.
¿No es un récord el comerse un gran repollo crudo en un minuto y medio?