13 nov 2021

La confesión

En un pueblo de la madrileña sierra, a principio del pasado siglo, vivía una joven cuya hermosura hubiera sido suficiente como para ganar la banda de honor del concurso de misses, si este deleznable y machista espectáculo hubiera estado vigente en ese espacio y tiempo.

Contemporáneo de la joven vivía un mozo muy apuesto, que como no podía ser menos, se enamoró de la chica y fue correspondido por ella, formando la pareja que al pasear recatada mente por el pueblo, llamaban la admiración de las comadres que repetían la cantinela de ¡Qué buena pareja hacen!

A su debido tiempo fijaron la fecha de la boda. Entonces todavía la Iglesia no había implantado lo que se llamó Cursillo Prematrimonial. Ahora bien el párroco del pueblo, un verdadero adelantado a su tiempo, tenía la costumbre de dar una charla a las parejas casaderas en la víspera de la boda. 

A este evento se dirigió nuestra pareja, y tras escuchar con devoción los consejos impartidos por el buen párroco, tomaron la palabra al alirón, a la manera de los sobrinos del Pato Donal, con el discurso que copio a continuación.

Padre, está mañana de este mes de septiembre nuestras familias se han ido a la vendimia con la excepción de nosotros dos pues teníamos que venir aquí a recibir sus sabios consejos. Al vernos solos nos hemos mirado a los ojos tiernamente y de una manera natural la mirada nos ha llevado a las mutuas caricias y de allí a consumar lo inevitable. El placer que hemos sentido ha sido infinito y a pesar del sentimiento de culpabilidad el deseo se ha apoderado de nuestro cuerpos y hemos repetido el acto hasta cinco veces quedándonos extenuados. Ahora le rogamos tome usted está declaración como un acto de confesión y nos dé la absolución para que mañana recibamos el santo sacramento limpios del gran pecado.

El anonadado sacerdote les miro y les dijo: Habéis pecado cinco veces conscientes de lo que hacíais, y sigo viendo en vuestras caras el gesto de satisfacción. Me pedís os absuelva y no puedo hacerlo pues en vuestro caso ni Dios se va a creer que estáis arrepentidos

Nota: el original de este antiguo chiste está localizado en un ambiente y con unos protagonistas muy distintos. Mi humilde y personal versión la he redactado como homenaje al pueblo de la sierra de Madrid que tanto me gusta

Proximidad laboral

El concepto de proximidad laboral para todo trabajador está ligado con la distancia entre el lugar de su puesto de trabajo y su domicilio. Se me ocurre definir el índice de proximidad IP como el cociente entre la unidad y la mencionada distancia expresada en km. Si entendemos que la distancia ideal fuera como máximo 1km, el IP deseable tendría un valor de igual o superior a 1. De proximidad laboral los veteranos de FEMSA sabemos mucho, por ejemplo la mayoría de los aprendices de la Escuela procedíamos de los colegios de los barrios aledaños a la fábrica, y un buen número de ellos éramos de mi propio barrio. Para hacernos una idea de la proximidad laboral de los trabajadores de FEMSA mencionaré tres detalles: 

1. La primera vez que estuve en la delegación de FEMSA en Barcelona descubrí en una pared un mural fotográfico de la planta de Madrid de unos 2x3m. En la foto tirada en altura desde detrás de la antigua zona deportiva, actual aparcamiento, descubrí al fondo a terraza de mi casa y ¡ojo! mi mono de trabajo colgado de la cuerda de la ropa. Por supuesto ahora esa fotografía no sería posible, se ha construido mucho entre la fábrica y mi casa. 

2. Desde casa se podía oír el llamamiento de entrada al trabajo que se hacía por dos toques de sirena el primero de aviso y el segundo 5 minutos después como el definitivo. Pues una mañana me despertó el primer toque e inmediatamente desperté a mi hermano diciéndole: Eduardo date prisa que llegamos tarde, nos pusimos el mono y salimos corriendo, no sin antes coger los bocadillos que nuestra madre nos había dejado en la cocina. Llegamos a tiempo por lo que no perdimos el premio mensual de puntualidad. 

3. A finales de los años 60, junto con trabajadores de otras empresas de la zona, creamos una cooperativa de viviendas, se construyeron 504 pisos de los que más del 70% fueron para trabajadores de FEMSA. La colonia situada en la misma vía pública que la Fábrica a una distancia más o menos de 1 km, con lo que se cumple con un IP =1 Volviendo a lo dicho más arriba de que en mi barrio abundaban los vecinos que trabajaban en la Fábrica, se me ocurrió buscar a quién vivía más cerca de la empresa, es decir con el IP más alto, pues lo he descubierto sin lugar a dudas. Cómo en todas las fábricas, en FEMSA se hacían horas extraordinarias, cuando un trabajador hacía muchas extras se le decía: Haces más horas que Santoveña. El Sr. Santoveña fue el primer responsable de seguridad de FEMSA. Habitaba en una vivienda unifamiliar construida dentro del recinto de la Fábrica, con lo que la distancia laboral era cero, por consiguiente su IP valor infinito igualando a los IP del rey, del presidente del Gobierno, de los antiguos porteros de las comunidades de vecinos y de los pequeños comerciantes que tenían su negocio aledaño a la vivienda. Cuando Santoveña se jubiló dejó la vivienda que fue reformada convirtiéndose en un muy buen Servicio Médico Actualmente podemos decir que el teletrabajo responde al concepto ideal de proximidad absoluta., El teletrabajo practicado por buen número de profesionales desde hace tiempo, se ha tenido que aceptar por gran número de empresas para aquellos puestos de cuya labor a desarrollar se pudiera realizar desde el domicilio del trabajador. Por supuesto todo esto a causa del confinamiento. Este ha sido el caso para tres de mis familiares directos. 

Al principio pensábamos que el teletrabajo podía perjudicarles pues utilizaban sus propios ordenadores, tenían gastos adicionales por consumo eléctrico y algunas cosas más. Enseguida les dotaron de ordenadores, y comprobaron las grandes ventajas, económicas por el ahorro en gastos de   transporte y por no comer fuera de casa. Por otra parte, el tiempo perdido en transporte se emplea para atender mejor a sus hijos.

Reflexionando sobre este asunto llegamos a la conclusión que en el trabajo de "proximidad" todo son ventajas, y la máxima proximidad ahora es cuando la distancia  es nula es decir el teletrabajo, pero adolece de una lacra insalvable como es la falta del contacto con los compañeros de trabajo lo que deshumaniza gravemente la actividad laboral. Este problema se ha tratado de minimizar con la solución de alternar el teletrabajo con el presencial, por ejemplo una semana en casa y la siguiente en la oficina.