Con la puesta en marcha del acelerador de partículas están apareciendo, tanto en los medios de comunicación profesionales como en los Blogs de opinión, artículos esperanzados en que los resultados que se derivarán de los experimentos con la mayor máquina realizada por la humanidad, acabarán con el mito del dios creador del universo.
Particularmente yo soy escéptico respecto de esta conclusión. Los 27 kilómetros de sofisticados sistemas del Acelerador de Hadrones llegarán a despejar las dudas o a confirmar las hipótesis de los científicos del estado del huevo cósmico desde un instante tan cercano al punto cero de la "gran explosión" como lo consideren necesario, pero para desmontar el mito de un dios creador no es necesario llegar a esos extremos del conocimiento.
Según Richar Dawkins en su excelente ensayo "EL CAPELLÁN DEL DIABLO", la diferencia de posturas ante este asunto entre un creyente y un ateo es mínima. Del montón de dioses que suman las religiones en todo el orbe, el creyente cree en uno de ellos nada más y el ateo en ninguno, podemos decir que un creyente es "ateo" para más del 99,9% de las deidades. El ateo lo es para el 100%.
Esta idea me inspiró la forma de afrontar cualquier discusión sobre la materia, y la semana pasada, por cierto llamada semana santa, tuve la ocasión de ponerla en práctica actuando como "EL MONAGUILLO DEL DIABLO":
Estaba yo entretenido en el jardín de mi casa en Pelayos cuando se acercó a la puerta un hombre invitándome a asistir a una reunión en donde se tratarían temas trascendentales. Le corté con el sabido "no me interesa, yo soy ateo..." a lo que él me cortó a su vez con una frase que empezaba "se ha demostrado científicamente que el big bang..."y en este momento comencé a poner en práctica mi sistema:
Mire usted, para qué nos vamos a ir a discutir partiendo de un concepto del que ni usted ni yo tenemos el nivel suficiente de conocimiento, hablemos sobre lo que no necesitamos tanta ciencia. ¿De qué dios es usted creyente?, Al contestarme que del dios de la Biblia, apoyándome en los numerosos pasajes de la misma fuente empecé a razonar sobre la incongruencia de que un ser tan arrogante, soberbio, vengativo... pudiera ser el mismo que en mi niñez nos enseñaban, con el catecismo Ripalda en mano, como un señor infinitamente bueno...La discusión con el predicador se alargó sin que aquel hombre diera pie con bola. Su problema está en que ante un ateo el argumento que su manual le dicta es "El Universo no se puede formar sólo, alguien infinitamente poderoso lo debió de crear etc..." este argumento se cae cuando se le dice "De acuerdo alguien lo ha debido de crear, pero por supuesto no el ser malvado, vengativo, injusto y arrogante en el que usted cree".
Lo último que me dijo es que Satanás era actualmente el dueño del mundo. Le contesté que de los personajes mitológicos que salen en la Biblia, Satanás era uno de los que mejor me caían, representaba la rebeldía contra la tiranía de dios quien castiga con penas eternas toda transgresión a sus caprichosas leyes.
Aquel hombre se marchó dejándome sin saber que pensó ante la frase con la que cerré la discusión. Por supuesto sin que su postura se hubiera movido ni un ápice, lo cual es habitual en los que se ha inculcado el terror al infierno al que están destinados los faltos de fe.
Particularmente yo soy escéptico respecto de esta conclusión. Los 27 kilómetros de sofisticados sistemas del Acelerador de Hadrones llegarán a despejar las dudas o a confirmar las hipótesis de los científicos del estado del huevo cósmico desde un instante tan cercano al punto cero de la "gran explosión" como lo consideren necesario, pero para desmontar el mito de un dios creador no es necesario llegar a esos extremos del conocimiento.
Según Richar Dawkins en su excelente ensayo "EL CAPELLÁN DEL DIABLO", la diferencia de posturas ante este asunto entre un creyente y un ateo es mínima. Del montón de dioses que suman las religiones en todo el orbe, el creyente cree en uno de ellos nada más y el ateo en ninguno, podemos decir que un creyente es "ateo" para más del 99,9% de las deidades. El ateo lo es para el 100%.
Esta idea me inspiró la forma de afrontar cualquier discusión sobre la materia, y la semana pasada, por cierto llamada semana santa, tuve la ocasión de ponerla en práctica actuando como "EL MONAGUILLO DEL DIABLO":
Estaba yo entretenido en el jardín de mi casa en Pelayos cuando se acercó a la puerta un hombre invitándome a asistir a una reunión en donde se tratarían temas trascendentales. Le corté con el sabido "no me interesa, yo soy ateo..." a lo que él me cortó a su vez con una frase que empezaba "se ha demostrado científicamente que el big bang..."y en este momento comencé a poner en práctica mi sistema:
Mire usted, para qué nos vamos a ir a discutir partiendo de un concepto del que ni usted ni yo tenemos el nivel suficiente de conocimiento, hablemos sobre lo que no necesitamos tanta ciencia. ¿De qué dios es usted creyente?, Al contestarme que del dios de la Biblia, apoyándome en los numerosos pasajes de la misma fuente empecé a razonar sobre la incongruencia de que un ser tan arrogante, soberbio, vengativo... pudiera ser el mismo que en mi niñez nos enseñaban, con el catecismo Ripalda en mano, como un señor infinitamente bueno...La discusión con el predicador se alargó sin que aquel hombre diera pie con bola. Su problema está en que ante un ateo el argumento que su manual le dicta es "El Universo no se puede formar sólo, alguien infinitamente poderoso lo debió de crear etc..." este argumento se cae cuando se le dice "De acuerdo alguien lo ha debido de crear, pero por supuesto no el ser malvado, vengativo, injusto y arrogante en el que usted cree".
Lo último que me dijo es que Satanás era actualmente el dueño del mundo. Le contesté que de los personajes mitológicos que salen en la Biblia, Satanás era uno de los que mejor me caían, representaba la rebeldía contra la tiranía de dios quien castiga con penas eternas toda transgresión a sus caprichosas leyes.
Aquel hombre se marchó dejándome sin saber que pensó ante la frase con la que cerré la discusión. Por supuesto sin que su postura se hubiera movido ni un ápice, lo cual es habitual en los que se ha inculcado el terror al infierno al que están destinados los faltos de fe.
1 comentario:
Gracias por un post tan bien escrito. >
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