Acabo de leer en la red dos temas que pueden muy bien relacionarse:
El primero un artículo titulado ¿Qué nos come por dentro? un magnífico trabajo sobre los seres más menos microscópicos que pueden vivir alojados en el interior de nuestro cuerpo aprovechándose de él como hospedaje y fuente de nutrientes. Algunos de estos parásitos pasan de unos animales a otros de tal forma que los parasitados pueden ser hospedadores intermedios o finales. Es curioso que generalmente es preferible ser un hospedador final natural que intermedio ya que el parásito ha evolucionado de tal manera que respeta más al hospedador final ya que si su acción provoca la muerte del parasitado el parásito también muere si antes no ha podido pasar a un hospedador nuevo. Otra cosa curiosa es que el parásito, para su beneficio, se vale de trucos para que el parasitado modifique su conducta natural. Un ejemplo es el de uno de ellos alojado en hormigas o caracoles que es capaz de estimular a sus víctimas para que trepen a lugares altos y llamen la atención para así ser devorados por aves y pasar al siguiente eslabón de la cadena de hopedaje. Para quien esté interesado propongo pinchar en el enlace de más arriba, el artículo está acompañado de un vídeo que a ciertas personas puede herir su sensibilidad.
El segundo artículo, de la edición digital de Público (hoy día de Navidad no hay prensa escrita), comenta el discurso de Navidad del rey y lo que es más interesante está acompañado por más de ochenta comentarios de los lectores. Ya se que la afirmación del mi encabezado puede parecer tendenciosa, pero bueno es cuestión de opiniones. La mía junto con las de una gran mayoría de los ochenta lectores que comentan el artículo, la monarquía es una institución parásita, a diferencia de las del primer artículo ésta no nos come por dentro lo hace por fuera, y es muy fácil sacar similitudes como que los españolitos de a pie somos hospedadores finales y que uno de los trucos del parásito monárquico para que los hospedadores nos sintamos felices y aguantemos es la campechanía de Juan Carlos I, y estoy seguro que cualquiera que se lo proponga descubrirá muchos más truquitos, animo para ello a los lectores para enriquecer esta PARIDA con comentarios al respecto.
El primero un artículo titulado ¿Qué nos come por dentro? un magnífico trabajo sobre los seres más menos microscópicos que pueden vivir alojados en el interior de nuestro cuerpo aprovechándose de él como hospedaje y fuente de nutrientes. Algunos de estos parásitos pasan de unos animales a otros de tal forma que los parasitados pueden ser hospedadores intermedios o finales. Es curioso que generalmente es preferible ser un hospedador final natural que intermedio ya que el parásito ha evolucionado de tal manera que respeta más al hospedador final ya que si su acción provoca la muerte del parasitado el parásito también muere si antes no ha podido pasar a un hospedador nuevo. Otra cosa curiosa es que el parásito, para su beneficio, se vale de trucos para que el parasitado modifique su conducta natural. Un ejemplo es el de uno de ellos alojado en hormigas o caracoles que es capaz de estimular a sus víctimas para que trepen a lugares altos y llamen la atención para así ser devorados por aves y pasar al siguiente eslabón de la cadena de hopedaje. Para quien esté interesado propongo pinchar en el enlace de más arriba, el artículo está acompañado de un vídeo que a ciertas personas puede herir su sensibilidad.
El segundo artículo, de la edición digital de Público (hoy día de Navidad no hay prensa escrita), comenta el discurso de Navidad del rey y lo que es más interesante está acompañado por más de ochenta comentarios de los lectores. Ya se que la afirmación del mi encabezado puede parecer tendenciosa, pero bueno es cuestión de opiniones. La mía junto con las de una gran mayoría de los ochenta lectores que comentan el artículo, la monarquía es una institución parásita, a diferencia de las del primer artículo ésta no nos come por dentro lo hace por fuera, y es muy fácil sacar similitudes como que los españolitos de a pie somos hospedadores finales y que uno de los trucos del parásito monárquico para que los hospedadores nos sintamos felices y aguantemos es la campechanía de Juan Carlos I, y estoy seguro que cualquiera que se lo proponga descubrirá muchos más truquitos, animo para ello a los lectores para enriquecer esta PARIDA con comentarios al respecto.
2 comentarios:
Lo jodido es que, a diferencia de los parásitos del REINO animal, la monarquía parasita al completo, con toda la familia. El problema es que el hospedador (habitantes de españa) tenemos que soportar a una familia amplísima de parásitos que nos van secando por todos los lados. Además, en el caso del reino animal, en determinadas ocasiones la acción parasitaria se traduce en algún beneficio para el hospedador pero en nuestro caso no veo el beneficio por ningún lado. Por cierto, que fuerte el dicurso del borbón hablando de la crisis y de lo mal que están las cosas mientras él y toda su femilia viven como Dios sin hacer nada y sin ni siquiera haber ganado unas elecciones, o una partida de mus, o algo....sólo por ser vos quien sois.....Eso sí, es tan campechano que dan ganas de no matarlo.....
En el periódico de ayer se decía que el PSOE presumía de que el rey en su discurso asumía como buenas las "medidas" que el gobierno va a poner o ha puesto en práctica.
No recuerdo el nombre de un parlamentario de izquierdas al que en una de sus intervenciones le aplaudió la derecha, este hombre se preguntó entonces:¿En qué me habré equivocado para que mis enemigos de clase me aplaudan?.
Bueno, según están las cosas, pienso que al PSOE no le aplaude un enemigo de "su clase"
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