Todos los años, por estas fechas, comparto con Fernando la indignación que produce la comprobación de la gran quimera: "España Estado Laico".
En esta ocasión acabo de recibir de Fernando el correo que transcribo. Por considerarlo de gran interés y rabiosamente actual, y en el que además argumenta con claridad el espolio que supone a todo contribuyente la financiación de la SMICAR y que como la de la casa real no ha sufrido recorte alguno. (El 2% del Borbón no deja de ser más que un recorte testimonial que se lo compensarán con creces por otro lado)
Volvieron este año a prohibir la procesión laica.
El único motivo por el que se ha prohibido la manifestación laica (que no anti-procesión atea: "De mis impuestos a la Iglesia cero") es precisamente porque ésta se desarrollaría en Jueves Santo. Y el motivo por el que se propone que sea ese día y no otro, es demostrar, como ha quedado bien claro, que en este país se da prioridad a la “ofensa religiosa” sobre el derecho a la libre expresión.
Los argumentos usados por Cristina Cifuentes y el TSJM es que no podían asegurar la seguridad (... de los manifestantes laicos), ante la proximidad de la manifestación y las procesiones. Cuando los convocantes le demostraron al juez que:
a) lo más cerca que estarían en línea recta sería 500 metros.
b) comprendiendo este motivo estaban dispuestos a convocar la manifestación a las 12 del mediodía, cuando ninguna procesión estará en la calle.
La prohibieron aduciendo que lo que buscaban era provocar, (ya sabes: "… ateos, siempre provocando"), y que “anda que no hay días en el año para manifestarse”.
Así que no, no se manifiestan, pero demuestran lo que querían demostrar, que este Estado, de aconfesional, poco.
Y esto no es exclusivo de la mojigata de misa diaria de Cifuentes, el año pasado la del PSOE también dijo lo mismo.
Leo por ahí otra argumentación de algunos defensores de la Iglesia:
“Ahora han vuelto a convocar su aquelarre con la excusa de la financiación de la Iglesia. En su convocatoria, los nuevos inquisidores ocultan el hecho de que somos los creyentes quienes libremente entregamos nuestro dinero a la Iglesia.
(…)
Dicen que se quieren manifestar contra la financiación de la Iglesia. O sea, contra que tú y yo sostengamos voluntariamente a nuestra Iglesia.
(…) “
A ver si ya queda claro de una vez:
La financiación de la SMICAR (*) en España, salvo contadas donaciones privadas directas y cepillos, y presuntas especulaciones financieras (Gescartera), proviene de las arcas públicas del Estado (Hacienda Pública).
A quienes ponen la cruz en la Declaración de la Renta no se les cobra más por ello, sino que el importe resultante de aplicar el porcentaje sobre la Cuota Íntegra, se deduce del ingreso a Hacienda, y se le da a la Iglesia.
Es decir, Hacienda ingresa menos, o sea, que lo pagamos todos.
Es más, cuanto mayor es la Cuota Íntegra del declarante que marca esa opción, más pagamos todos.
La marca en la casilla significa un mandato al Estado para que pague “de la arcas públicas” a la Iglesia Católica el importe resultante.
“Disparar con pólvora de rey”
Salu2,
Fernando
(*) Santa Madre Iglesia Apostólica Romana
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