4 ene 2008

Ciudadanos sin fronteras


Cuando un inmigrante comete una falta, la repercusión del hecho ante la sociedad es mucho mayor que cuando la misma falta es cometida por un "español de los de toda la vida".

La semana pasada volvía yo a mi casa en el autobús 70, uno de los viajeros, más o menos de mi edad, iba despotricando en contra de los emigrantes, por lo visto un latino americano había subido con un cochecito de niño por la puerta del centro, en lugar de haberlo hecho por la del conductor. No se hasta qué punto esto debe ser punible ya que en esa misma puerta, también se encuentra un picador de billetes, y este hombre había hecho uso del mismo.

El resto de viajeros no hacíamos caso del criticón hasta que dijo la frase: "tendría que resucitar Franco, aunque fuera de cabo primero", no pude contenerme y le contesté que por mi parte podía resucitar cuando le viniera en gana, pero para ser juzgado por sus muchos asesinatos. Esto provocó una continuada discusión hasta llegar a mi parada, que curiosamente era la suya.

-¡ Vaya si somos casi vecinos!- le dije y nos quedamos hablando, de una forma mucho mas sosegada, en la acera durante un buen rato.

Entre las cosas que nos dijimos resalto que cuando manifestó que él era español, le contesté que yo me sentía orgulloso de ser Ciudadano sin fronteras.


Ya andando en soledad hacia mi casa, pensé: acabo de acuñar una expresión Ciudadanos sin fronteras, si no lo está se debería fundar una ONG con este título.


En estos días se ha producido en Somalia el rapto de dos cooperantes de Médicos sin fronteras, ayer fueron liberadas, y ante la magnitud humana de estas personas medité, que yo no merezco, por méritos propios, aplicarme este título de Ciudadano sin fronteras

No hay comentarios: