De nuevo ha funcionado la inyección letal en USA, esta vez ejecutando a una mujer con una supuesta discapacidad intelectual.
Esta circunstancia no deja de ser nada más que una pura anécdota que incide en nuestra sensibilidad, pero que no debe ser un determinante en nuestra opinión ya que lo contrario podría llevarnos a pensar que la pena capital estaría justificada cuando el delito lo comete una persona altamente capacitada intelectualmente.
Al artículo del enlace marcado más arriba le acompañan varios comentarios de los lectores, de entre ellos extraigo el realizado por Daza por coincidir plenamente con mi propio pensamiento:
OK, ya está muerta... ¿Y ahora, cuándo van a resucitar su marido y su hijastro?
Porque si no van a resucitar, entonces la ejecución no habrá tenido ningún efecto beneficioso práctico.
Es que justicia no es exactamente lo mismo que venganza, aunque la venganza sea una emoción muy humana en ocasiones. Los individuos quizás tengan derecho a la venganza, pero los estados NO.
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