26 nov 2010

MALTRATO ANIMAL EN GRANJAS DE CERDOS

Lo más lamentable de la fiesta de los toros es que el fin de la misma sea la de ofrecer un espectáculo para el disfrute de los espectadores al margen del sufrimiento animal. Siempre que he editado alguna PARIDA en contra de la "fiesta", por parte de Sisifo, una persona muy cercana a mi en infinidad de aspectos, he recibido comentarios en la línea de que hay otros casos de maltrato animal mucho más sangrantes, lo que me condujo a sentir la necesidad de denunciar estos casos siempre que con ellos me "tropezara". Véase DINAMARCA UNA VERDADERA VERGÜENZA PARIDA editada al alimón con Sisifo.

Pues bien a través de las páginas de PÚBLICO he llegado a descubrir otra vergüenza que empequeñece a la de Dinamarca y ¿por qué no decirlo? también a los festejos taurinos. Esta vez sin tener que ir a buscar en lejanos desiertos...cómo decía el iluminado prócer. Aquí mismo en diversa comunidades de España la organización "Igualdad Animal", producto de las visitas clandestinas, (o no), realizadas a granjas de cerdos (en esta definición caben también los de dos patas que dirigen dichas explotaciones) nos muestra el vídeo sobre el terrible maltrato que sufren los animales. Advierto que no es un producto para ser visto por personas con hipersensibilidad.

Son tan claramente horrorosas las escenas mostradas y aparentemente tan fáciles de conseguir, que no es explicable que las autoridades no hayan detectado esta barbarie, lo que me hace sospechar que la corrupción está presente.

También hemos de meditar todos en la parte de responsabilidad que tenemos los ciudadanos de a pie, pues cuando nos comemos un solomillo de cerdo no se nos ocurre pensar en la vida que ha tenido el animal de procedencia. ¿Deberíamos vivir con la filosofía del veganismo? ¡Qué lejos estamos de esta posibilidad!, si para que unos pueblos vivamos con un determinado estado del bienestar otros muchos lo han de hacer bajo el manto de la miseria y la explotación, la pretensión de dejar de explotar a los animales es una utopía.

Pero volviendo a las granjas diremos que aquí como en todas las cosas el precio del producto tiene mucho que ver con las calidad de vida de los animales. En alguna proporción está ligada con los costes de la explotación, pero tanto las leyes de cada país como las de la UE marcan unos mínimos que se han de respetar. Ahora bien los maltratos no abaratan los costes por el contrario lo encarecen, basta pensar que las lesiones producidas por estas practicas producen tales deterioros que hacen inservibles las carnes para el consumo sin contar las pérdidas que la ausencia de higiene provoca por enfermedades y muertes. ¿Es posible que estas prácticas estén ligadas al puro sadismo?

Recuerdo que al final de los ochenta del pasado siglo visité a Sisifo,. quien vivía precisamente en Dinamarca, y allí se anunciaba la carne del cerdo feliz, animal del que decía la publicidad que durante su vida gozaba de una pocilga de cuatro metros cuadrados para él solo. Hasta de un problema como éste la publicidad saca su provecho








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