19 may 2020

FOLLETOS DE INSTRUCCIONES


Lo folletos de instrucciones
Hace bastantes años, durante mi época laboral en la fábrica de Guardamar, recibimos la visita de un empresario egipcio con su secretaria-intérprete, él solamente hablaba en árabe. Su empresa se  dedicaba a la venta de recambios del automóvil en todo el norte de África, (además de otras actividades). La visita correspondía a una invitación del departamento comercial de VARTA hacia tan importante cliente.
Le recibimos en la sala de reuniones, nos sentamos alrededor de la gran mesa el egipcio, el director y cuatro directivos de la fábrica y el comercial de VARTA. De pie y detrás del cliente su secretaria con el clásico pañuelo en la cabeza.
En la reunión el egipcio fue el protagonista casi exclusivo, pues sacó de su cartera varios voluminosos álbumes de fotografías mostrando su mansión, un casi palacio con mármoles por todos lados  y jardines alrededor. También de sus fincas dedicadas a la agricultura asegurándonos que su producción de tomates y frutales era de las más importantes de África, parecía como si los clientes fuéramos nosotros y no él.
Tras esta introducción, nos dirigimos a las líneas de producción y al llegar a las de acabado, nuestro invitado quedó muy impresionado observando al robot de paletizado, que es el punto final de la fabricación, y justo en el puesto anterior se realiza el etiquetado de las baterías y la colocación de los cubrebornes, piezas protectoras de los mismos para evitar cortocircuitos o golpes. En el interior de uno de ellos, en las baterías destinadas al mercado de recambios, se sitúa el folleto de instrucciones sobre el montaje de la batería en el vehículo así como consejos de seguridad y reciclaje. Todo ello en un montón de idiomas, de tal forma que la hoja desplegada es enorme y aunque el papel es el denominado “de biblia”, yo siempre pensaba que me gustaría visitar al proveedor del mismo para ver trabajando a la máquina plegadora. Pensando en esto miré a la cara al cliente y cogiendo un folleto lo desplegué localicé la parte escrita en árabe y se la mostré pidiéndole su opinión sobre el texto. Apenas lo miró sonriente y me dijo: Es ilegible sin la ayuda de un espejo, lo que está impreso es la imagen reflejada.
 Esa misma tarde informé del asunto a Marketing  central en Hannover, quienes en pocos días corrigieron el entuerto con ayuda de uno de los consulados de países de habla árabe.
Llevábamos años incluyendo folletos erróneos en todas las baterías para el mercado de recambios fabricadas en las diversas factorías de la compañía, no puedo calcular la cantidad de estos documentos erróneos que se colaron en el mercado, no exagero si digo que la cifra superaría en mucho al par de decenas de millones y ni una sola reclamación. Conclusión los folletos de instrucciones no lo lee ni quisqui.


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