Desde hace algún tiempo, las pantallas de TV nos bombardean con anuncios de productos facilitadores de la visita cotidiana al retrete. No sé si la proliferación de productos con propiedades laxantes obedece realmente a una verdadera necesidad motivada por cambios en las costumbres alimentarias o, como me temo, primero se han creado los productos y después se les busca una aplicación y después una necesidad al incauto consumidor.
El resultado es este bombardeo nada agradable para los que en el comedor familiar tenemos la mala costumbre de realizar las comidas y cenas con la caja tonta encendida.
Otra consecuencia del fenómeno es la búsqueda y posterior utilización de eufemismos, por parte de los creadores de los spots publicitarios. Como ejemplo expongo el logrado con la frase: "con el producto XXX consigo un fluído tránsito intestinal..." He apostado con un colega que antes de seis meses se habrá acuñado el verbo transitear, (no transitar), que será muy utilizado en detrimento de los verbos defecar y sus sinónimos
Muy diferentes eran las llamadas publicitarias de antaño, recuerdo en mi niñez al charlatán que en el Rastro madrileño ofrecía unos frascos con un producto "milagroso", asegurando una eficacia total contra la más pertinaz sequía (*) rectal. Parece que le estoy viendo, con un frasco en la mano izquierda y un manojo de folletos en la derecha, dirigiéndose con gritos gangosos hacia una de las mujeres de las de entre el corrillo de mirones, con la frase: ¡Señora que su hijo no caga..., pues dele usted unas gotitas de este frasco y verá como se caga hasta en su puta madre!
Bueno para que los más finolis pasen por alto la ordinariez anterior, quiero regalarles con el vídeo LOAS AL CUARTO DE BAÑO de Les Luthiers, que es lo más delicado que sobre este asunto he podido encontrar.
¡Disfrutadlo!
(*) ¿Os suema lo de pertinaz sequía?
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