En Público.es Isaac Rosa escribe un artículo titulado: Huelga salvaje, huelga domesticada refiriéndose a la actual huelga del Metro de Madrid. Dicho artículo de opinión trata el dilema de una forma muy razonable, decantándose por estar del lado de los trabajadores del Metro.
No cabe duda de que una gran parte de los millones de usuarios que esta mañana, y en toda la jornada actual, se han visto inmersos en el caos del transporte opinen lo contrario, pero el cumplimiento de los servicios mínimos que unilateralmente dicta la dirección de la empresa, que se acerca al mantenimiento del 50% del servicio, solamente perjudica a los trabajadores en huelga y a los usuarios que sufrirán las incomodidades del apilamiento en los vagones amén de los retrasos etc. La empresa seguiría recaudando el 100% de los ingresos por ventas de billetes y no digamos de lo ya cobrado con el prepago de los bonos transporte, esto último entra en sus arcas con huelga o sin ella o ¿alguien va a pedir la devolución del importe correspondiente a los días sin servicio?
Si lo dicho hasta ahora puede ser motivo de posturas contradictorias en la discusión hay algo que, para mi, no tiene vuelta de hoja. En una entrevista en Telemadrid el pasado viernes el consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid, José Ignacio Echeverría, aseguró que los trabajadores del Metro que incumplan los servicios mínimos durante las jornadas de huelga pueden tener un "problema muy gordo".
De estas amenazas ¿Cómo se pueden defender los trabajadores en huelga?.
Yo sólo encuentro que la defensa solamente puede ser eficaz con una respuesta contundente y unitaria olvidándose de la huelga domesticada.
No cabe duda de que una gran parte de los millones de usuarios que esta mañana, y en toda la jornada actual, se han visto inmersos en el caos del transporte opinen lo contrario, pero el cumplimiento de los servicios mínimos que unilateralmente dicta la dirección de la empresa, que se acerca al mantenimiento del 50% del servicio, solamente perjudica a los trabajadores en huelga y a los usuarios que sufrirán las incomodidades del apilamiento en los vagones amén de los retrasos etc. La empresa seguiría recaudando el 100% de los ingresos por ventas de billetes y no digamos de lo ya cobrado con el prepago de los bonos transporte, esto último entra en sus arcas con huelga o sin ella o ¿alguien va a pedir la devolución del importe correspondiente a los días sin servicio?
Si lo dicho hasta ahora puede ser motivo de posturas contradictorias en la discusión hay algo que, para mi, no tiene vuelta de hoja. En una entrevista en Telemadrid el pasado viernes el consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid, José Ignacio Echeverría, aseguró que los trabajadores del Metro que incumplan los servicios mínimos durante las jornadas de huelga pueden tener un "problema muy gordo".
De estas amenazas ¿Cómo se pueden defender los trabajadores en huelga?.
Yo sólo encuentro que la defensa solamente puede ser eficaz con una respuesta contundente y unitaria olvidándose de la huelga domesticada.
4 comentarios:
Los trabajadores del Metro no son funcionarios, forman parte de una empresa pública que, en aspectos salariales, se rige sobre todo por sus convenios colectivos. Es decir, que "legalmente" no les puede tocar el sueldo.
Ahora bien hablemos de la reacción de los sindicatos. Siempre pienso que cuando hay un conflicto hay que saber elegir el terreno de juego y éste nunca puede ser el del contrario. Me explico. Con una huelga sin servicios mínimos y el manejo de los medios de comunicación en manos de la Comunidad, apoyada debidamente por el Ministerio de Fomento que evidentemente no quiere que esto sirva de ejemplo para otras huelgas que le puedan afectar, el mensaje que se va incubando en la sociedad es que los trabajadores del Metro no pueden perjudicar al resto de los trabajadores, que son unos insolidarios, que (como se vé) no atienden a razones, que son unos egoístas, que (es la razón del porque los medios ya se han preocupado los publicar sus sueldos), que cuentan con unos derechos excepcionales, etc.
¿Qué se puede entonces hacer? ¿Te acuerdas cuando los alemanotes de Femsa os estaban presionando y te indiqué (porque en aquel entonces nosotros les hacíamos la publicidad) que la solución no era hacer huelga, que les beneficiaba a ellos porque así sacaban del almacén las baterías que iban caducando, y lo que teníais que hacer era mucha más producción, gastar en pedidos de material, almacenar baterías por todos los sitios,...? Y al final tuvieron que ceder.
Pues éste puede ser un caso parecido.
Una buena solución habría sido planificar una campaña informativa (para eso los medios se suelen prestar bien) de la injusticia que quería cometer la Comunidad y después de que la opinión publica se hubiese enterado, hacer "jornadas de puertas abiertas" en el Metro, que quiere decir trabajar igual pero no cobrar a nadie por ejemplo a partir de primeros de Julio, para que así se comprase menos bonobus. Es decir, dejar pasar gratis a todo hijo de vecino. Esto rápidamente traería la reacción del poder hacia las taquilleras y vigilantes, y ante la situación, pedir disculpas a la autoridad (comenzar a discutir las posibles sanciones, mostrarse muy razonables,...) e iniciar entonces una segunda etapa en la cual no dejan pasar gratis, pero invitar a colarse y quien se quiera colar que lo haga bajo su responsabilidad, ellos únicamente les dirán que esta mal hecho y punto ( igual que está haciendo la guardia civil con las multas que te para, te aconseja, y no te multa), y así sucesivamente. Ir elaborando un plan por etapas, que tal vez pudiera finalizar con una huelga como la de ahora, pero que entonces se pudiera recibir socialmente como el único acto de defensa de justicia por parte de los trabajadores, ante los despropósitos de la Comunidad. Aquí habría que jugar con las fechas, ya que a partir del 15 de Julio la gente comienza a pensar en otras cosas y a partir del 30, olvídate en hacer nada.
Pero se puede reiniciar en Septiembre, reorganizando una parecida estrategia de acción, pero siempre desde las ideas de perjudicar lo menos posible al ciudadano de a pie y que si hay que llegar a una huelga como la de ahora, que sea cuando éste este concienciado a favor de nosotros. Ah! y así tampoco se perjudica (salvo excepciones que servirían para centrar el foco de la opinión pública en esas otras injusticias) al colectivo de trabajadores del Metro.
En conclusión. No sé si esta estrategia sería la mejor posible, pero mejor que la que están haciendo seguro que lo es. Y el mensaje final es que los sindicatos no pueden tratar los conflictos laborales con ideas y acciones del XIX, cuando estamos en el XXI. Que no todo debe tratarse desde la ideología o la justicia social, sino que para eso existen los expertos en comunicación.
¿Recuerdas como el subcomandante Marcos trató a través de la opinión pública el conflicto de Chiapas, hasta que después de su larga marcha hasta México DF le dejaron tranquilo y hoy Chiapas es una provincia del sur de México que en la practica funciona como independiente? Pues eso, que copien.
JA
Pues la siguen cagando, ya que finalmente han caído en la trampa. Todo porque con los "naturales" expedientes sancionadores que ha puesto en marcha la Comunidad (teóricamente con toda la razón por su parte) por no haber cumplido la ley de servicios mínimos, el frente de lucha se desvía hacia ese tema, perdiéndose esfuerzos y desfocalización las acciones de lo que realmente interesa.
Es decir, que el ritmo del partido lo está marcando ya la Comunidad.
¿Y ahora qué? Vuelven a vacilar. Anuncian huelga con servicios mínimos, lo que no repercute en la taquilla ya que el usuario paga igual el importe de los billetes, con o sin huelga. Pero el truco sigue, porque con lo que se está ahorrando la Comunidad en los sueldos que descontará de los huelguistas, va haciendo una hucha que, aproximadamente en cinco días, le permite que con lo "no pagado" tener un fondo para negociar alguna mejora. No mucha para que no cunda el ejemplo. Así que si yo fuese la Comunidad, aguantaría hasta principio de la semana que viene, mientras mostraría una postura de gran dureza y amenazas (para cabrear al mono) y luego con la hucha conseguida y aprovechando el desgaste psicológico de los trabajadores, negociar. Lo primero la suavización de los expedientes, y al final alguna baratija para no dejar en muy mal lugar a los sindicatos. Porque con esos sindicatos la Comunidad está encantada y no la interesa cargárselos del todo porque son útiles (inútiles diría yo), para estos menesteres.
¡Si es que son como niños!
Como siempre, besos.
JA
JA es mi gran amigo José Antonio, y aunque el me diga que es un modesto experto en comunicación social, de modesto nada es un gran experto en comunicación social y en otras muchísimas materias más.
Los sindicatos están haciendo en este caso (como en la mayoría por desgracia) un flaco favor a los trabajadores adoptando una estrategia impropia de los tiempos en que vivimos....Como puede ser que no se den cuenta de que su primer obejetivo tiene que ser "convencer" a la opinión pública de la "justicia" d su reivindicación?
Publicar un comentario