Dirigida a la protección de los menores y los fumadores pasivos prohíbe fumar en bares y restaurantes, en las inmediaciones de colegios y parques infantiles.
Según las noticias la mencionada ley, implantada al inicio de año, ha entrado con normalidad aún cuando en los foros de la red se establezcan fuertes polémicas entre defensores y retractores.
Uno de los argumentos más utilizados por los retractores de la ley es considerar un agravio comparativo con la permisividad del consumo de alcohol. Pobre razonamiento ya que por mucho que mi vecino de barra del bar beba, o es más aunque esnife o se pinche, a mi no me perjudica pero si lo que hace es fumar me convierte en un fumador pasivo.
La mayoría de los ataques contra la Ley están motivados por la reiterada invitación a la denuncia de incumplimientos que desde el Estado se dirige a los ciudadanos.
Esta invitación es innecesaria, incluso contraproducente al ser uno de los motivos que encienden la polémica, ya que la nueva normativa no deja de ser una ampliación de la ya existente sobre el mismo asunto por lo que hay suficientes antecedentes como para prever que será ampliamente aceptada, como cuando se implantó la prohibición de fumar en los puestos de trabajo y en los locales anexos a las grandes superficies, que en principio fue muy contestada pero que con el transcurso del tiempo ha sido respetada masivamente.
Si son denunciables los aprovechados que justificándose en los “probables” efectos de la Ley, disminución de clientela en bares, van a reducir plantillas como es el caso de Marcelino quien argumentando pérdidas por falta de clientela ¡ojo en el primer día de implantación! Ha despedido a un camarero de su bar.
Otro efecto a tener en cuenta son los efectos colaterales que al contrario de los de la guerra en este caso son beneficiosos, se prevé que más de medio millón de personas dejarán de fumar animados por la ley.
Un representante de los extremeños productores de la materia prima, plantas del tabaco, manifestaba ayer que los cerca de veinte mil trabajadores del sector, si disminuye el consumo del tabaco tendrán un futuro negro, añado yo que negro pero no por culpa del humo.
Para más información entrad en preguntas sobre la nueva ley
Completando el comentario de Sisifo me parece oportuno añadir la fotografía que muestra la solución de los japoneses
2 comentarios:
Mucha de la polémica viene originada por un erróneo planteamiento:
No se debería en esta ley decir “prohibido fumar” sino “prohibido echar humo” dentro de los locales especificados.
¿Que cómo se hace eso? Pues qe los fumadores se busqen la mañas, qe son los agresores contra los no fumadores, los agredidos. En ellos está la carga de la solución.
Yo en un bar tomo cerveza y ello produce orina, que yo busco la manera de avacuar, pero sin mojar los pantalones de mi vecino en la barra. Me desplazo a un espacio habilitado para ello, y una vez evacuado el residuo producido por la cerveza, regreso a la barra para seguir bebiendo.
Los fumadores podrían hacer algo similar: fumar sin echar humo, si ello fuera posible, dentro de los locales, yéndose a otro lugar a expeler el humo donde no agreda al resto, por ejemplo la calle o cualqier otro espacio abierto o con extractores especialmente diseñados para ello.
O fumar dentro de una escafandra recogiendo el humo sin qe perjudiqe al resto.
No prohibiría fumar sino echar humo. Difícil combinarlo, pero qe se busqe la manera sin qe a mí me manchen el pelo. la ropa y los pulmones.
Sisifo: tu comentario me recuerda a la recomendable película RUFUFU en la escena donde unos de presos, entre los cuales se encuentra Vitoreo Gasman, comparten un cigarrillo en el patio de la cárcel. Como el tabaco escaseaba apuran el humo hasta el límite. Haciendo pasar el humo de cada calada desde los pulmones al interior de una botella quedando ahí hasta una futura reutilización.
Según tu sugerencia cada fumador debería llevar una botella donde encerrar su humo.
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