Hace unos días EL PAÍS publicó una entrevista a José Tomás García, sastre de Camps. Resultó una lectura muy sabrosa que justificaba las sospechas de corrupción del presidente valenciano, por muy ridículo que resulte el que un personaje tan poderoso se vaya a pringar por algo más de doce mil euros, alrededor de dos millones de pesetas, (obsérvese que no se me ha ocurrido decir “antiguas pesetas”, pues algo menos de un decenio no da suficiente categoría de antigüedad).
Bueno, antes de que me siga yendo por las ramas diré que la exigua cantidad sólo indica que el sospechoso pasaría a ser de los que no se venden caro, que no sé que será peor si que se venda caro o lo haga por cuatro perras, por supuesto en el caso que se demuestre su culpabilidad.
Estos comentarios, más o menos se han podido leer en numerosos documentos. Si me he decidido, esta tarde, a aporrear el teclado ha sido por un detalle de la entrevista que casi me pasó desapercibido.
Yo que me confieso totalmente profano en asuntos de etiqueta de la vestimenta, leyendo las declaraciones de José Tomás García he sabido que con esmokin se utiliza siempre chaleco blanco, excepto en las audiencias con el Papa de Roma, pues el protocolo vaticano exige chaleco negro. ¡¡Allí de blanco sólo el Papa!!, por eso José Tomás tuvo que hacer deprisa y corriendo un par de chalecos negros para que Camps y su acompañante estuvieran presentables en su audiencia papal.
¡Qué curioso lo del protocolo! Ahora me explico que las madres de Plaza de Mayo, tuvieran que esperar tanto hasta conseguir su audiencia, y después de concedida fuera tan corta e infructuosa. El pañuelo blanco en la cabeza de las buenas Madres no cumplía con el protocolo.
Estos comentarios, más o menos se han podido leer en numerosos documentos. Si me he decidido, esta tarde, a aporrear el teclado ha sido por un detalle de la entrevista que casi me pasó desapercibido.
Yo que me confieso totalmente profano en asuntos de etiqueta de la vestimenta, leyendo las declaraciones de José Tomás García he sabido que con esmokin se utiliza siempre chaleco blanco, excepto en las audiencias con el Papa de Roma, pues el protocolo vaticano exige chaleco negro. ¡¡Allí de blanco sólo el Papa!!, por eso José Tomás tuvo que hacer deprisa y corriendo un par de chalecos negros para que Camps y su acompañante estuvieran presentables en su audiencia papal.
¡Qué curioso lo del protocolo! Ahora me explico que las madres de Plaza de Mayo, tuvieran que esperar tanto hasta conseguir su audiencia, y después de concedida fuera tan corta e infructuosa. El pañuelo blanco en la cabeza de las buenas Madres no cumplía con el protocolo.
Nota: No he encontrado ninguna fotografía de Camps luciendo esmokin negro, por eso he escogido una en la que está acompañado de alguien vestido con esa ausencia de color.
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