Al siguiente día de la publicación de mi Parida “LOS ROBOTS”, leo en el diario PÚBLICO” en sus páginas dedicadas a la Ciencia un artículo titulado “Generación Robot” en el que se comparan los últimos ingenios de los más destacados fabricantes de estas “criaturas”. El artículo puede resumirse en los siguientes puntos:
- Los investigadores calculan que en diez o quince años, los robots tendrán capacidades humanas muy desarrolladas.
- En 2100 habrá más autómatas que seres humanos
- Los creadores de iCube, Instituto italiano de Génova (nada que ver con la calle del mismo nombre), creen que aprenderá como un niño
- Los expertos trabajan ya en robots de compañía.
Como veis ha llovido mucho desde cuando yo admiraba al robot de la Línea de Acabado de Fábrica Guardamar, y del que apoyándose en sus cualidades había quien lanzaba diatribas contra el personal operario, de tal forma que intenté hacerle ver, muy sutilmente, que la sustitución masiva de operarios por robots provocaría escasez de clientes para los productos manufacturados, ya que el Robot, no entra en la sociedad de consumo como agente activo. No verifiqué si me entendió
Pues mira por donde, nos estamos acercando a la situación profetizada por Asimov en su “Yo Robot”, y la de otros autores de SF que presentaban robots casi humanos, capaces de evolucionar, sentir, reproducirse…¿y abortar? (¡Obispos ojo avizor!)
Si realizáramos un hipotético viaje al futuro, a esa segunda centuria del segundo milenio en la que los robots nos superarán en número y estarán dotados de cualidades humanas, y que con el tiempo evolucionarán hasta que esas cualidades alcancen nuestro propio nivel.
Imagino que esos robots se han creado para trabajar, para que nosotros podamos vivir la dulce holganza. A mi esta situación me recuerda las plantaciones sureñas de algodón, en las que los esclavos negros tenían el papel que les reservamos a los autómatas del Siglo XXII
Los humanos seremos sus dueños y señores, podremos: hacerles trabajar todo lo que queramos; vender; castigar; desguazar; y adueñarnos de sus descendientes
Mi imaginación no llega hasta el punto de concebir cómo será su rebelión. Por una parte están las tres leyes de fabricación de la robótica de Asimov, encaminadas a evitar que los robots puedan hacer daño a un humano, con lo cual serán corderitos, la mala leche será una de las cualidades humanas de las que carecerán. Y por otra parte está que el final de la esclavitud no creo que se haya dado nunca como un logro reivindicativo, más bien, pienso, que se ha debido siempre a concesiones interesadas.
Imaginad una fábrica actual que empleara mano de obra esclava clásica. Aparentemente sería más barata, pero si analizamos la infraestructura necesaria para su funcionamiento cambiaríamos de opinión: al esclavo hay que alimentarle, cuidarle, darle alojamiento, vigilarle las 24 horas del día, hacer que se reproduzca con lo cual hay que ocuparse de su prole. Y además, y más importante, se limita el número de posibles consumidores del producto.
Al obrero “libre” se le da un salario y que se apañe,( la cursiva es porque las cadenas actuales se llaman hipotecas).
En fin la sociedad con robots evolucionará al funcionamiento como esa magnífica serie televisiva llamada FUTURAMA, en la que los robots son verdaderos humanos mecánicos (nada que ver con los talleres de automóviles) y no se rigen por las leyes de Asimov.
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