El pasado jueves 26 de marzo en los informativos de de la noche vi como en el parlamento su presidente Bono ordenaba desalojar las tribunas destinadas al público y medios de comunicación, se quedaban sus señorías solitas para debatir y después votar sobre un asunto que suponen, ellos, que solamente así mismos les compete. El debate sobre la compatibilidad entre su trabajo como “representantes del pueblo” y otros remunerados al margen del Parlamento.
Parece ser que el resultado fue que se dieron permiso para realizar actividades privadas remuneradas, como dice hoy en EL PUBLICO Juan Carlos Escudier en el artículo El pluriempleo de los diputados, cuya lectura recomiendo y con la que estoy tan de acuerdo que no tengo más que añadir.
Esta PARIDA está justificada con la recomendación de la lectura del artículo de Escudier, y con mi protesta contra los debates y votaciones secretas.
En el primer párrafo he entrecomillado “representantes del pueblo” porque me parece paradójica esta expresión para definir a unos personajes que debaten y votan a espaldas de sus representados.
En un de mis anteriores PARIDAS, trascribía unas manifestaciones de Ignacio Sotelo en las que afirmaba que los diputados no eran representantes de los ciudadanos, sino representantes de su partido.
En el debate del pasado jueves, tan personalmente interesado, ni siquiera eso, ellos solamente se representan a sí mismos, defienden únicamente sus particulares intereses.
Parece ser que el resultado fue que se dieron permiso para realizar actividades privadas remuneradas, como dice hoy en EL PUBLICO Juan Carlos Escudier en el artículo El pluriempleo de los diputados, cuya lectura recomiendo y con la que estoy tan de acuerdo que no tengo más que añadir.
Esta PARIDA está justificada con la recomendación de la lectura del artículo de Escudier, y con mi protesta contra los debates y votaciones secretas.
En el primer párrafo he entrecomillado “representantes del pueblo” porque me parece paradójica esta expresión para definir a unos personajes que debaten y votan a espaldas de sus representados.
En un de mis anteriores PARIDAS, trascribía unas manifestaciones de Ignacio Sotelo en las que afirmaba que los diputados no eran representantes de los ciudadanos, sino representantes de su partido.
En el debate del pasado jueves, tan personalmente interesado, ni siquiera eso, ellos solamente se representan a sí mismos, defienden únicamente sus particulares intereses.
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