3 mar 2009

LA MEDALLA DE PLATA

















Recibimos la medalla de Plata FEMSA cumplidos los quince años desde nuestro ingreso en la Compañía.
El acto de entrega fue en un hotel de los alrededores de Cuzco.
En ese mismo evento repartieron las medallas de oro a los compañeros con veinticinco años de antigüedad, y las insignias de veterano a los de veinte años.
A los agasajados nos acompañaban nuestros familiares.
Para la entrega nos iban llamando, para dirigirnos a la mesa presidencial y allí nos entregaron las condecoraciones Don Emilio Caprile o su hijo Mario.
Ya con nuestra medalla en la mano, Don Emilio tomó la palabra y soltó un emotivo discurso del que destaco:
“He entregado con emoción la medalla de plata a esos jóvenes que hace ya mas de quince años ingresaron en la nuestra Escuela de Aprendices, algunos venían con los pantalones cortos propios de su edad, y ahora los veo como hombres que están desempeñando puestos de responsabilidad…”
Si la memoria no me ha jugado una mala pasada, ¡ya ha llovido desde el 1974!, más o menos fue así, y desde luego que nos emocionamos.
Acabado el acto nos quedamos en corrillos en el vestíbulo del hotel, cuando Don Emilio e hijo, junto con sus acompañantes salían, en ese momento Ana Burgueño, madre de José Manuel, me preguntó:
-¿Quién es ese señor alto, si ese el que ha dicho el discurso?
-Es don Emilio Caprile, el presidente de la Compañía, el dueño.
Ana se separó de nosotros y se dirigió hacia el grupo de “personalidades”, Jesús Gallardo, su marido me susurró: “La temo”
Vimos como Ana hablaba con los directores amigablemente, les hizo reír, Ana hablaba y habla con aparente candidez.
-¿Qué les has dicho?- Preguntó Jesús cuando volvió con nosotros.
- Nada, les he dicho “Don Emilio, soy la madre de uno de esos chicos que entraron en la fábrica con pantalones cortos, y que ahora ya están todos casados creando una familia, por eso les vendría muy bien un aumento de sueldo…” Lo han tomado bien y me han dicho que se hará lo posible.
Alguna vez me he preguntado si aquella acción fue una simple y graciosa anécdota o quizás un punto de inflexión entre las dos filosofías empresariales, la “paternalista” de entonces o la profesional de ahora “yo trabajo tu me pagas"


2 comentarios:

Adycto dijo...

llegaste a tener la de oro? ahora no me dejes con la duda...

JLMejuto dijo...

La de oro dará lugar a una próxima Parida